miércoles, 26 de noviembre de 2008

Cosas que le fascinan al diablo de los cristianos



  •       En el automóvil tienen calcomanías de Jesús por todos lados, pero conducen como endemoniados.
  •        Como si fueran «pescadores» usan «pescaditos», tienen ilusión que eso los hace cristianos.
  •    Critican a los vecinos porque hasta la madrugada les duró el fiestón, pero en la reunión del domingo despiertan al vecindario con «echó a la mar los carros del Faraón…»
  •     Llegan temprano al culto los domingos porque son «buenos servidores», durante la semana llegan tarde al trabajo porque son malos trabajadores.
  •        Los papás prefieren salvar al mundo entero y quedar bien con el pastor, en lugar de salvar a sus propios hijos y quedar bien con el Señor.
  •        Oran en voz alta enfrente del palacio de gobierno: «Que Dios prospere a nuestro país en esta marcha venimos a pedir», y al mismo tiempo buscan la mejor manera de los impuestos evadir.
  •        Enseñan que Jesús nació «como pobre», pero le ponen un precio a todo lo que tiene su nombre.
  •    Como predican: «Si eres de los nuestros al cielo subes», ponen el precio de entrada de sus eventos por las nubes.
  •     Entre sí se llaman «hermanos» como si fueran familia, pero viven como enemigos teniéndose envidia.
  •      Dicen que Jesús vino a liberar, pero usan las reglas para esclavizar.
  •     Le piden dinero a la gente más de lo que se lo piden a Dios, dicen: «Si tú me das uno el Señor te da dos».
  •     Se enorgullecen de conocer mucho la Palabra de Dios, y como conocen muy poco al Dios de la Palabra, no reconocen su voz.
  •     Hablan más de sus pastores que lo que hablan de Jesús, prefieren contar de su iglesia que contar de la cruz.
  •    Los jóvenes danzan y danzan aunque el cuerpo les duela, pero son tan haraganes que les va mal en la escuela.
  •     Los viejos critican y critican a la nueva generación, olvidándose de que las almas importan más que la tradición.
  •   En camisetas, música y conciertos invierten su dinero, pero no tienen para sostener a un misionero.
  •    En su iglesia todos quieren tener al presidente, al empresario y al profesional, nadie quiere al drogadicto, a la prostituta o al homosexual.
  •    De autonombrarse líderes del pueblo se toman la libertad, olvidándose de que si de veras fueran siervos ejercerían la humildad.
  •   Invierten millones en sus medios de comunicación, pero los usan para engrandecerse y causar división.
  •     Al mismo tiempo que discuten quién tiene la razón y la verdad, su país camina en perdición y oscuridad.
  •     A Jesús lo llaman Señor, se lo repiten sin cesar, pero no importa pues parece que nunca lo van a honrar.
  •    Cantan «Firmes y adelante», pero se quedan en su iglesia y no van a ninguna parte.
  •     Mientras los cristianos en su mundo se divierten, Jesús llora en silencio por las almas que se pierden.